Índice
Debido a la crisis económica que azotaba España, los Pombo se ven obligados a vender la mayor parte de sus posesiones, incluido el Tranvía del Tunel.
Una importante sociedad belga representada por Juan Knaegeten, el cónsul de Bélgica en Santander, compra el Tranvía de la Costa de Gandarillas y más tarde el “Urbano” a Colomer, unificando las dos empresas de tranvías en una sola sociedad.
Así en 1898, el año en que se perdió Cuba, las tres empresas de tranvía santanderinas rindieron armas ante sus sustitutos. En ese mismo año comienza a funcionar en Madrid los tranvías eléctricos, que durante años surcarían Santander.